domingo, 12 de diciembre de 2010

EL BAILE LIBRE DE "ATADURAS" (Crónica del espectáculo del bailaor Jesús Fernández, en la Sala Central Lechera de Cádiz).


Había ganas de ver bailar a Jesús Fernández. Un bailaor gaditano, curtido en los tablaos madrileños que besó la gloria este verano al adjudicarse el Trofeo "Desplante" al mejor bailaor en el Concurso Cante de las Minas de La Unión (Murcia), posiblemente tras el Concurso Nacional de Córdoba, el de mayor prestigio entre todos los artistas del flamenco.
"Ataduras" nos ofrece una apuesta escénica en una línea muy actual, desenfadada, cargada de simbolismo y que juega con la psicología del espectador desde el primer momento.
En un primer momento, un Jesús Fernández sentado en una silla, con la única compañía de una apocalíptica voz "en off", una luz cenital sobre su cabeza, y unas ataduras de las que se desprende durante la interpretación de una primera pieza por Cantes de Fragua; Tonás a sangre y fuego desde la poderosa voz del jerezano Jesús "El Almendro" que desmenuza el cante con gusto, sabiduría y empaque.
Jesús Fernández sorprende por una ligereza de pies realmente magnífica. Domina el compás, el "tempo", lidera al cuerpo de músicos con extraordinaria y pasmosa facilidad y sabe "arrastrarlos" hasta donde él quiere. El baile es grácil, liviano, pero a su vez enérgico y desgarrador.
Mención especial merece la "expresión corporal" de Jesús, que transporta en todo momento al público a través de sentimientos encontrados y antagónicos. Jesús arruga el ceño, siente y hace sentir el dolor; sonríe y se te alegra el alma...pocos bailaores pueden presumir de este don, y Jesús lo tiene.
A continuación, "El Almendro" nos sacude las entrañas con una Caña interpretada de manera prodigiosa por un Jesús Fernández realmente "regio" en este baile. Muestra de ello fue que tras concluir dicha interpretación, el bailaor tuvo que esperar un par de minutos para proseguir el espectáculo porque mucho público estaba en pie ovacionando al artista gaditano.
A modo personal puedo decir que hacía tiempo que no me "conmovía" una interpretación de baile por Caña como la que hizo Jesús anoche, donde rozó la "quintaesencia" del Baile con mayúsculas.
La oscuridad, la seriedad y el dramatismo de la parte inicial de "Ataduras" da paso a una segunda parte alegre y díscola, con una interpretación por Tanguillos de Cádiz como gusta en la tierra: con ángel, sin zapateo innecesario, sonrisa en rostro y braceo ligero. La aparición de Jesús en escena resulta hilarante, "disfrazado" con un sombrero de paja y un canasto de mimbre en ristre mientras saborea una bolsa de "patatas chips", plenamente adaptado a la figura de "bañista dominguero". Una "poca vergüenza" que el público sabe premiar con risas y aplausos y que nos enseña a un Jesús sin complejos, valiente, arrojado y con mucho sentido del humor.
Los Tanguillos los hace grande en el cante la voz de Anabel Rivera que se apoya en el "Rey del Compás", Don Chano Lobato, para cantarnos sus versiones más conocidas del Coro de Los Anticuarios y el celebrado estribillo final "la cazuela que aqui les presento es de una sustancia que nadie conoce, fabricada en Medina Sidonia, el año cuarenta del siglo catorce, la tenia don Diego Sorullo que era temporero de la Catedral, se lavaba los pies los domingos y luego los lunes hacia polea." Magistral Anabel en el recuerdo del Maestro (¡cuánto te echamos de menos, Chano!).
Después, Jesús se adentra en las Cantiñas de Cádiz, por Romeras, donde "El Almendro" de nuevo le secunda en la voz con poderío y excelso dominio del compás.
Silencio...es el momento de Su Majestad, la Soleá....
Jesús viste un sencillo traje de color rojizo que atenta a los "adoradores del negro" para este tipo de baile...lo viste con elegancia y resulta un contrapunto cromático de gran acierto entre tanta oscuridad y sombra.
El temple de "El Almendro" por Soleá sacude los huesos. Recuerdo a Juanito Mojama, a Don Antonio Mairena, a Pepe de la Matrona, a tantos y tantos..."Presumes que eres la ciencia y yo no lo entiendo así...".
Jesús levanta los brazos al cielo, chasquea los dedos sobre su cabeza, y la soleá se hace Verbo en sus pies. Magnífico de principio a fin.
Cerrada ovación final para un espectáculo liderado por un Jesús Fernández que promete (y mucho) dar que hablar en el mundo del baile. Enorme trabajo coreográfico el suyo, así como enorme acompañamiento (Anabel Rivera y Jesús "El Almendro" al cante; Antonia Jiménez a la guitarra) apoyado en una puesta escénica vibrante y sólida.
Fin de Fiesta donde lucen todos los componentes del elenco artístico, destacando el momento en que Jesús Fernández invitó a unirse a la fiesta al veterano bailaor Pepín Muñoz, que se dió su "pataíta" con gracia y arte a pesar de su edad.
Los unicos "debes" del espectáculo no son responsabilidad del bailaor. Quizás se echó en falta más público (sobraron 2-3 filas de asientos), y es una pena que un bailaor gaditano que está dando tantas alegrías en este arte no encuentre un apoyo mayor del público de su tierra.
También habría que destacar que la apuesta escénica de Jesús Fernández quizás hubiera lucido mejor en un escenario más amplio, y se nota que es un montaje con sabor a Teatro más que a Sala de Concierto...y esperemos que los programadores de este tipo de eventos sepan apreciar esas connotaciones especiales que determinados montajes presentan y necesitan.
"Ataduras" tendrá el honor de representarse en el próximo Festival de Jerez. A poco que el bailaor muestre su enorme capacidad artística, auguramos a Jesús Fernández un seguro éxito más aun sabiendo el exquisito gusto del público jerezano por el baile con arte. Y a Jesús, le sobra.