sábado, 2 de octubre de 2010

ORGULLO "CAÑAILLA" (Crónica del espectáculo "En Libertad" de Alberto Sellés)


Gratamente sorprendidos nos fuimos tras ver las evoluciones de Alberto Sellés en el escenario de la Sala Central Lechera de Cádiz en la presentación de su espectáculo "En Libertad" en la capital gaditana. Y es que, a los que hemos visto bailar a este joven isleño hace unos años, nos ha sorprendido sobremanera su evolución artística. Antes, Alberto era una extensión de sus maestros en el escenario, cosa que ni aun malo ni bueno, no aportaba personalidad propia a su baile.
Ahora sin embargo, Alberto se nos presenta mucho más maduro, con empaque, enjundia, y siendo lo más cercano a lo que posiblemente él mismo pretenda, que no es ni más ni menos que ser Alberto Sellés.
El espectáculo se divide en tres partes bien diferenciadas precedidas por imágenes en video proyectadas sobre el foro blanco de la escena, donde una joven se preguntará a sí misma sobre la incidencia de nuestros ancestros en la vida de hoy día, tomando como punto de referencia la lucha de los españoles durante la invasión napoleónica y la posterior explosión de libertades con la proclamación de La Pepa.
Muy acertada la elección de letras de "En Libertad", muchas de ellas referentes a esta etapa histórica, a la guerra, y a los franceses; otras letras adaptadas al tema de forma correcta y amena.
En la primera parte tras una introducción de la orquesta, excelentemente dirigida por la guitarra de Adriano Lozano, con un sólo de violín la cantaora gaditana Anabel Rivera nos deleita con una milonga sentida que da paso al baile por Malagueñas de Tamara Lucio. Malagueñas grandes de Mellizo cantadas con acierto por un Jesús Castilla que templó nervios y fue a más durante todo el espectáculo. Sabor a Aurelio de Cádiz en el aire..."si Dios me diera a mí el mando.."
Alberto Sellés sale a escena, sobrio, porte altivo, rictus serio....sones de tonás desgarran el aire con un Víctor Carrasco inconmensurable, flamenco y regio en la interpretación de este cante grande, que acrecenta el dramatismo de la escena.
La oscuridad, la tristeza, la soledad, la guerra....todo desemboca en un crisol de arte que zapatea con maestría Alberto en la seguiriya; taconeo limpio, rápido pero no precipitado. Los brazos suben por encima de la cabeza sólo lo justo....y sus manos se unen en el pecho con virilidad y mucha flamencura.
Bien, Alberto.
En la segunda parte, una nana cantada al borde del escenario de nuevo por Anabel Rivera dispara al máximo el dramatismo...abraza y acuna su manto como si fuera un bebé, y su nana es un llanto que se clava en el respetable.
Momento de la Soleá. De mellizo....de Cádiz...."aunque me toquen arrebato las campanas del olvido", y aquí Alberto se gusta, dibuja con sus brazos una soleá desgarrada que termina con otro zapateo pulcro, sin artificios, donde el joven bailaor muestra por fin su primeras expresiones faciales relajadas, casi sonrientes....efectivamente, se siente cómodo y domina la escena como un veterano. Victor Carrasco canta de pie las últimas letras de esta soleá, alejándose ambos del escenario y concluyendo así una segunda parte más luminosa donde se ha mostrado (a mi gusto), lo mejor de Alberto Sellés.
La tercera parte es festiva de comienzo a fin, y lleva al público hasta un éxtasis final jubiloso.
Comienza con un tema de orquesta por tangos donde la guitarra de Juani de la Isla sienta cátedra con vertiginosos picados y de pegadiza melodía.
Los tonos oscuros del vestuario han dado paso a unos pañuelos azules con lunares blancos que preparan al respetable para la fiesta. Primero por tanguillos...carnavaleros...aires de Pericón de Cádiz, de Chano Lobato,.....la bandurria nos acerca al Tango del coro de Los Anticuarios, y luego al del Tío de la Tiza...."a la plaza de abasto de esta gran población".
Alberto Sellés y Tamara Lucio brindan un baile por tanguillos con gracia, pero gracia fina, no chabacana. El isleño se muestra alegre en sus movimientos y muy sutil, sus brazos y manos "hablan y sonríen" al respetable en un alarde de gaditanismo por tanguillos de Cádiz.
Las alegrías de Cádiz no permiten que bajemos de la nube de júbilo, y finalmente es en el fin de fiesta por bulerías, donde todos los artistas tienen ocasión de lucirse, desde la guitarra, la percusión, pasando por el cante y por supuesto, por el baile de Tamara Lucio y Alberto Sellés que cierran brillantemente el espectáculo.
Alberto ha conseguido montar una obra cargada de sentimiento con la inestimable colaboración de una orquesta (músicos y cantaores) verdaderamente magníficos apoyándose en unos acontecimientos históricos de primerísima actualidad en la Bahía de Cádiz.
Además ha demostrado que su baile ya es SU BAILE. Alberto Sellés se nos presenta como una clara apuesta de futuro para el baile flamenco gaditano. Pero sobre todo, rezumando su orgullo particular de ser "cañaílla" por los cuatro costados.
Enhorabuena Alberto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario